Hoy ha muerto un hombre bueno. Marcelino Camacho. Un hombre honesto. Infatigable. Luchador. Honrado. Un ejemplo de comportamiento ético y dignidad. Sencillamente insustituible. Jamás se corrompió. Jamás le tentó el poder. Jamás cambió privilegios por principios.
Ha muerto el compañero, el camarada, Marcelino Camacho. Ha muerto un ejemplo de coherencia, de dignidad y compromiso con los desfavorecidos, con los desprotegidos, con los obreros. Ha muerto el mayor sindicalista del S XX.
Ha muerto el compañero, el camarada, Marcelino Camacho. Ha muerto un ejemplo de coherencia, de dignidad y compromiso con los desfavorecidos, con los desprotegidos, con los obreros. Ha muerto el mayor sindicalista del S XX.
Gran combatiente contra el franquismo, y luchador incansable por los derechos sociales y laborales de la sociedad española de esta España cada vez menos democrática. El espejo de Marcelino es en el que debemos mirarnos todos y todas. Su ejemplo debe ser una razón inquebrantable para levantarnos cada día y luchar por una España y un mundo mejor.
Para los comunistas es un orgullo haber compartido partido y sindicato con él. Nuestro mejor homenaje será no dar ni un paso atrás y continuar dando la batalla a pie de calle, enarbolando la bandera que tan noblemente alzó Marcelino contra las injusticias que se comenten en contra de los trabajadores de todo el mundo.
Gracias Marcelino por tu generosidad.
“¡Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar!”.
